El Jefe de Gabinete Néstor Carbini adelantó que presentará un ejemplar en la Biblioteca del Congreso de la Nación para que sea material histórico por la visión y vivencia de una adulta mayor en el marco de la pandemia.
Dentro de las actividades por el 11° aniversario del Consejo de Adultos Mayores Mirta Susana Heiland -miembro de los talleres de la Memoria y de Artes Plásticas que ofrece el área-, presentó su libro “La Cuarentena….Mi Cuarentena”.
“Nunca pensé que a esta edad podía escribir un libro” manifestó emocionada al explicar a los presentes que el libro surgió participando del Taller de la Memoria por WhatsApp donde “conversando con las profesoras me impulsaron a escribir”.
Agradeció a todo el grupo del Consejo de Adultos Mayores, a Osvaldo Lezica, a las profesoras del Taller de la Memoria, a Graciela Herlein que la orientó en sus dibujos durante la cuarenta y a su familia por estar presentes siempre.
En la oportunidad, en representación del Intendente Moccero recibió de manos del secretario de Gobierno Gastón Duarte y del Jefe de Gabinete Néstor Carbini la declaración de Interés Municipal.
Por su parte, Néstor Carbini se comprometió a acercar el libro a la Biblioteca del Congreso de la Nación para que quede como registro histórico de la pandemia la visión y vivencias de una adulta mayor de nuestro distrito.
El director de Gestión Cultural Marcelo Castorina invitó a Mirta Heiland a ser parte de una de las jornadas que se desarrollarán en el distrito del 2 al 18 de septiembre debido a la presencia en la ciudad del Bibliomóvil de la Provincia, donde todos los escritores del distrito tendrán su lugar.
Entre las líneas del libro, Mirta Heiland refleja: “desde el Consejo de Adultos Mayores nos siguen cuidando, llevando a cabo un acompañamiento permanente en horarios de atención bancaria para que el paso por el cajero sea rápido, ofreciendo actividades desde el taller de la memoria, clases de plástica, de educación física como yoga y danzas y están siempre dispuestos a escucharnos en cualquier momento de esta larga cuarententa”.
“Pero lo que más me emocionó fue cuando una mañana sonó el teléfono y eran del Consejo de Adultos Mayores: llamaban para ver como estábamos, si necesitábamos algo y preguntando si teníamos algún familiar que se ocupara de nosotros. En ese momento me di cuenta que no estábamos tan solos”.
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